Comer es un placer, y a los que nos gusta probar platos nuevos y descubrir nuevos sabores, texturas y combinaciones nos parece una buena inversión ir de vez en cuando a sitios tan especiales como éste. Habíamos leído una entrevista al chef Samy Alí y nos gustó tanto que fuimos a darnos un homenaje a su restaurante, La Candela Restó, que cerró sus puertas en abril del pasado año.
El restaurante, que contaba con una estrella Michelín, era elegante y sobrio. El equipo de camareros, además de jóvenes, eran super atentos, educados, amables y divertidos. Pedimos el menú largo (18 platos) con medio maridaje para probar diferentes vinos, que nos iban explicando a medida que llegaban los platos.
Los platos, a cual más sorprendente, se definían por sus diferentes texturas y por los trampantojos. Fue una experiencia sensorial maravillosa y nos gustó muchísimo. Tuvimos la suerte de poder comentar al chef Samy lo increíble que había sido nuestra experiencia, no hubo nada que no nos gustara, y prometimos volver para probar nuevos platos. Cuando nos enteramos que había cerrado, nos dio pena pero estaremos atentos para ver los próximos pasos del chef, ya que no pensamos olvidarnos de su cocina!!
Este plato fue mi favorito, una ostra con wasabi, no se puede describir la sensación del wasabi atravesando la garganta y la nariz y desaparecer súbitamente para dejarte la boca con sabor a ostra. Impresionante!
Fotos: www.madridnoche.net
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