Conocimos este restaurante una noche que se nos había cancelado un plan a última hora y tuvimos que improvisar. Buscamos varios japoneses que conocemos; uno estaba cerrado por ser agosto, en otro no tenían mesa y en el último no nos cogían el teléfono. Así que hice una búsqueda en El Tenedor y me salió este restaurante que no conocía y que además tenía una promoción del 30 % de descuento. No nos lo pensamos mucho, vi muy buenos comentarios y unas fotos muy apetecibles!
Se llama MINARAI , que quiere decir "aprendiz, aprendizaje". Y es interesante, porque es como la vida, nunca dejas de aprender cosas, y en este caso aplicado a la cocina japonesa.
Se llama MINARAI , que quiere decir "aprendiz, aprendizaje". Y es interesante, porque es como la vida, nunca dejas de aprender cosas, y en este caso aplicado a la cocina japonesa.
El local es pequeño y acogedor. Se puede cenar tanto en barra como en las mesas. Para beber nos sirvieron una botella de Rueda muy rico, Gilda, y empezamos a ver la carta que es bastante variada. El dueño, Gonzalo, nos comentó los platos fuera de carta y nos hizo alguna recomendación, muy acertada. Te atiende de una manera cercana, quiere que te sientas como en casa, y la verdad es que lo consigue!
Esto es lo que pedimos: De entrante un tartar de atún rojo con aguacate, sashimi de salmón y de pez mantequilla, maki de salmón, queso philadelphia y aguacate, y después estos dos rolls que estaban riquísimos, recomendados por el dueño: pez mantequilla con salmón flambeado y roll de aguacate con cebolla crujiente y salsa de anguila. Para chuparse los dedos!
De postre, coulant de chocolate con helado. Impresionante!
A destacar, lo agradable que resulta poder comer los platos recién preparados, al ser un restaurante con pocas mesas, los platos los traen según van saliendo de cocina, y para nosotros es un pequeño privilegio. Además todo lo que probamos estaba delicioso y se nota que la materia prima es de calidad. Volveremos!
Minarai - C/ Echegaray 5
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